El hidrógeno líquido se usa propulsor para cohetes porque es la mayor tasa de eficiencia por cantidad utilizada. Al combinarse con un oxidante como el oxígeno líquido, es extremadamente potente, arde a más de 3.000ºC. Sin embargo, hubo que afrontar peligros y retos importantes cuando se estaba desarrollando el uso de hidrógeno líquido en los años 60. Tanto el hidrógeno líquido como el oxígeno líquido son gases criogénicos, lo que significa que sólo se convierten en líquidos a temperaturas extremadamente bajas.
El hidrógeno líquido debe almacenarse a -252ºC, aislándolo perfectamente de cuaquier posible fuente de calor para evitar que hierva, se expanda y haga explotar el depósito de combustible. El hidrógeno líquido también puede filtrarse por grietas diminutas, así que hay que emplear la mejor ingeniería técnica para crear un cohete capaz de utilizar este tipo de propulsor de forma segura.
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