La varicela es causada por el mismo virus del herpes y es más frecuente en la niñez. Se caracteriza por la aparición de vesículas llenas de líquido que se secan y forman costras que caen sin dejar marcas. Los enfermos presentan fiebre, pero esta rara vez supera los 39 grados.
El tratamiento es sólo sintomático para reducir las molestias, pues el padecimiento remite en modo espontáneo. Se contagia por medio del contacto con las lesiones y la expulsión de microbios mediante la tos y los estornudos. Por lo general causa inmunidad permanente, pero puede reaparecer en la edad adulta como herpes.
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