El aceite para motor está pensado para lubricar los componentes internos del motor de combustión y para protegerlos de la corrosión y evitar que se calienten con el uso. Se compone principalmente de dos ingredientes: base y aditivos. La base suele ser una solución a base de petróleo, sustancias químicas sintéticas o ambas cosas; representan 95% del total de la mezcla.
Esta base es lo que lubrica las partes móviles del motor y evita que se acumule el calor. Los aditivos son el 5% del total del aceite. Son sustancias químicas que sirven para controlar la viscosidad del aceite y para proteger las piezas contra el desgaste. Se suele usar, por ejemplo, dialquilditiofosfato de zinc para evitar el desgaste y sulfonatos de magnesio para que el aceite desprenda las impurezas del motor.
Los aceite para motor se catalogan por grados y viscosidad. El aceite puede ser unigrado, con una sola viscosidad, o multi grado, con dos viscosidades distintas que dependen de la temperatura. Éste último es el más común actualmente; se usa para vehículos que circulan durante todo el año en distintas condiciones. La velocidad de flujo de los aceite se mide con su grado de viscosidad, en una escala de 11 grados que va del cero al 60. Los aceites de menos grados son más espesos que los de más grados; son más adecuados para los climas más fríos y viceversa.
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