La grasa es esencial para nuestro cuerpo. Almacena la energía, nos aísla y nos protege de los golpes. La mayoría de la grasa se almacena en adipocitos subcutáneos, que es la capa que tenemos debajo de la piel. Una parte también se almacena en el hígado y en los músculos. La grasa se distribuye de forma distinta en hombres y mujeres; las mujeres almacenan más en los pechos y la cadera, y los hombres alrededor del abdomen.
Los ácidos grasos son el componente principal de los lípidos (las pequeñas moléculas de grasa que viajan por la sangre y tienen muchas funciones). La mayoría de las personas tienen un número predeterminado de células grasas que no cambia mucho. Cuando los ácidos grasos son absorbidos por el cuerpo, pasan al torrente sanguíneo en forma de quilomicrones. El hígado controla la síntesis, almacenamiento y descomposición de los ácidos grasos.
Cuando los niveles de glucosas son bajos, se necesita más energía, los ácidos grasos almacenados en las células grasas se descomponen en glicerol y ácidos grasos que circulan libremente y son absorbidos por las células que los necesitan. Éste proceso se llama lipólisis. Luego las células grasas encogen. Así que estas células adiposas no "van" a ninguna parte, se expanden o encogen dependiendo de la nutrición y de la demanda energética del cuerpo en un momento dado.
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