El récord de perforación lo obtuvo la perforadora Súperprofunda de Kola, en Rusia. Este proyecto científico alcanzó 12,262 metros en 1989, pero tuvo que detenerse debido a una temperatura de 180 °C. El problema para cavar hacia el núcleo de la tierra no sólo es la dureza de la roca, el cristal y el metal fundido que se puede encontrar, sino la presión, que aumenta rápidamente, así como la fricción y el calor.
A una distancia aproximada de 1.5 millones de metros la temperatura supera los 300 °C, algo que ninguna perforadora puede soportar. Pero aún si llegáramos a esa profundidad, seguiríamos estando a más de 4.500 km del núcleo.
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