A pesar de su increíble tamaño y peso, los superpetroleros son muy propensos a volcar porque su carga es líquida. El fenómeno conocido como "sloshing" podría traducirse como "chapoteo". El movimiento del líquido en el interior puede ser muy fuerte y cambiar drásticamente el centro de gravedad del barco.
Cuando un gran depósito se llena sólo parcialmente, su contenido se mueve con cada maniobra del barco o por factores externos como las olas o el viento. Como el líquido se mueve en la dirección del alabeo, exagera el cabeceo del barco, creando el denominado efecto de superficie libre.
Cuando el barco intenta volver al centro, el líquido se mueve con más fuerza en la dirección contraria y se entra en un bucle de movimiento que pueda acabar en desastre. Para disminuir este peligro, se usan varios depósitos pequeños que se llenan por completo o se dejan totalmente vacíos.
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