Un fuelle está formado por una cámara plegable que se puede abrir y cerrar. Al abrirse, la Cámara de aire y al cerrarse lo expulsa. Los fuelles más sencillos se manejan simplemente con unas asas pegadas a la cámara de aire; al moverlas el aire entra rápidamente y sale por la boquilla. A pesar de su sencillez es un útil que aún hoy empleamos.
Esta herramienta se usaba normalmente para aportar oxígeno al fuego de la chimenea, ya fuera al encenderlo o para revivir las ascuas. En la antigüedad los fuelles eran una herramienta esencial para incrementar y mantener la alta temperatura de los altos hornos; los herreros usaba un fuelle de doble cámara para mantener la temperatura de sus hornos.
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