La combinación de alta temperatura y humedad es incómoda. Cuando el aire se satura con vapor de agua, el sudor no se puede evaporar. El ingeniero estadounidense Willis Carrier se dio cuenta en 1902 que la refrigeración podía arreglar ambos factores. Diseñó un aparato para "tratar el aire", donde el aire se enfriaba a una temperatura en que la humedad se condensaba fuera de él. Luego el agua se drenaba, produciendo una agradable corriente de aire fresco y seco.
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