Cuando las amenaza algún peligro, las hormigas emiten señales de alarma y numerosas obreras acuden al lugar dispuestas a defender a la colonia. No están del todo indefensas y con sus mandíbulas pueden morder a los intrusos. Algunas especies tienen además un aguijón venenoso, como las abejas, que utilizan para defenderse o para atacar a sus presas. Otras especies no poseen aguijón, pero conservan la bolsa de veneno y pueden lanzar pequeños chorros a distancia.
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