En el año 1850 se desata en los Estados Unidos la famosa "fiebre del oro", cuando unos colonos descubren al tan preciado metal en algunas zonas de California. Era la época de los Cowboys y de los indios, los pistoleros y las caravanas, los sheriffs con pocas pulgas y los pueblos que se fundaban de la noche a la mañana, muchos de ellos cercanos a los lugares donde parecían abundar las vetas de oro.
Cuando ya eran miles los hombres que emprendieron el viaje al oeste para enriquecerse hubo uno, llamado Levi Strauss, que pensó que aquel contingente humano necesitaría ropas bien fuertes y duraderas para la tarea de mineros que iban a realizar. Compró grandes cantidades de una tela de color azul que parecía indestructible y se embarcó con rumbo a California. Allí comenzó a fabricar pantalones con aquella tela y se llenó de oro sin necesidad de buscar aquel metal.
Levi Strauss importó las telas de Génova, por eso se las llamó al principio "genes" (que en inglés se pronuncia "yins"), para luego derivar, y para siempre, con el nombre más famoso de hoy: Jeans.
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