Lo inventó James Heatherington, un mercero de Inglaterra, se lo puso por primera vez en público en Londres en el año 1797, fue detenido por perturbar la paz en la vía pública y condenado a pagar una multa de 50 libras (cantidad astronómica en aquella época). Al ver el sombrero, había mujeres que se desmayaban en plena calle, y un niño se cayó de estupor, rompiéndose el brazo.
Un artículo en una edición del periódico "Times" de ese período indica que cuando salió de su taller con su extraordinario sombrero, una multitud de espectadores se congregó, lo cual degeneró una pelea y por consiguiente Heatherington fue citado para aparecer en la corte frente al Señor Alcalde quien le condenó a pagar la multa por conducirse de manera calculada para asustar a la gente tímida. Dentro de un mes su negocio estaba abrumado con órdenes para el nuevo sombrero de copa.
Los sombreros gradualmente crecieron en popularidad y especialmente los sombreros para hombres servían para hacer una declaración simbólica, siendo más notable el firme sombrero de copa representando la autoridad de la aristocracia y aquellos que estaban envueltos en las profesiones y comercios. Los sombreros suaves de fieltro simbolizaban la democracia y revolución y eran generalmente asociados con intelectuales y artistas.
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