Walt Disney nació en el 1901. Tenía poco más de veinte años cuando, apasionado por la creación de dibujos animados, comenzó a dedicarse de lleno a esa actividad en un modesto estudio. Tan humilde era el lugar que uno de sus habitantes habituales era un ratoncito al cual Walt ya se había acostumbrado a verlo correteando a su alrededor e, incluso, le puso un nombre: Mortimer. Creó a su personaje inspirado por aquel pequeño roedor que lo acompañaba y teniendo en cuenta que era fácil de dibujar, algo muy importante ya que por entonces debía entregar 200 metros de película cada quince días y no era cuestión de hacer la cosa más complicada.
Para suavizar su imagen, le puso zapatones grandes como si estuviera usando los de su padre, lo vistió con un pantaloncito corto con dos botones delanteros como los que usaban los chicos de la época, y lo humanizó más aún evitando las garras de un ratón al enfundar sus manos en guantes. Si se fijan bien verán que sólo tiene cuatro dedos; esto también simplificaba el trabajo de dibujarlo. El personaje fue un éxito inmediato, debido en buena medida al carácter afable que le imprimió Disney. Tan popular resultó que en 1944 el desembarco aliado en Normandía el famoso día D llevó como nombre en código secreto el de “Operación Mickey Mouse”. Hoy es el rey entre sus creaciones y su carita es el símbolo de los poderosos estudios Walt DisneyProductions. El nombre de Mortimer le fue cambiado poco después de su nacimiento por el de Mickey, y se debió a una sugerencia de la esposa del magnífico Disney. Donde manda capitán, no manda dibujante.
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