Los cohetes funcionan según el principio en la tercera Ley del movimiento de sir Isaac Newton: "A cada acción corresponde una reacción igual y opuesta". En el interior de un globo el aire ejerce una fuerza igual en todas las direcciones, dada su forma esférica. Si abrimos la garganta, el aire escapa. La misma fuerza con que el aire empuja a través de la garganta, la ejerce también en el interior del globo en sentido opuesto (fuerza de reacción), de modo que si se suelta el globo, éste se aleja volando. De manera análoga, cuando la pólvora negra se quema en el interior de un cohete pirotécnico los gases calientes que se producen propulsan al cohete en dirección opuesta a los gases de escape.
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